El emérito habría tenido una aventura con una condesa italiana que asegura haber tenido a una niña con él
La lista de amantes de Juan Carlos de Borbón es interminable… o, al menos, de eso iría presumiendo él. El emérito habría sido todo un conquistador, por lo que dicen, y Pilar Eyre en mujer fe en una columna de Lecturas que centra en una de sus amantes más escandalosas. Juan Carlos sólo tenía 18 años cuando conoció a la condesa Olghina de Robilant, conocida en aquella época por sus excesos. él tenía pareja, pero eso no impidió que bailara sensualmente con ella durante toda la fiesta: “María está en Suiza ahora y tú me gustas mucho”, le habría dicho.
La cronista catalana asegura que se dieron caricias y besos durante toda la cena, hasta el punto de que él le habría pedido que no se volviera a pintar los labios porque seguiría besándole: “Joan Carlos le habría sacado de las manos el pintalabios y habría escrito con él en una servilleta que le amaba”. Poco después, la pareja mantenía un encuentro sexual en la parte trasera del coche del emérito: “Me besó con sus labios ardientes, secos y experimentados. Era muy sabio en el sexo, aunque tenía sólo 18 años. Se comportaba como hombre y no como niño”.
Esa habría sido la primera relación sexual de muchas, ya que Pilar Eyre asegura que su relación duró cuatro años y que era bastante formal aunque él tenía otras novias mientras tanto: “Ella le acompañaba a las bodas familiares y, en una ocasión , tuvo que pelearse a puñetazos con su padre porque quería que rompieran”. Era una relación muy intensa que habría terminado cuando Juan Carlos se comprometió con Sofía de Grecia: “La última vez que se acostaron fue pocos días. antes de la boda con Sofía, cuando Juan le enseñó el anillo de compromiso. Olginha le dijo entonces que en ese año que no se habían visto, ella había tenido una hija: “Él se mostró muy frío y le dijo que no intentara endosársela”.
Habrían intercambiado 47 cartas amorosas que, más adelante, ella habría utilizado para utilizarle chantaje: “Consiguió que le pagaran 8 millones de pesetas, pero eso no impidió que vendiera algunas a una revista italiana en las que se decía que Juan Carlos era el verdadero padre de su hija. Decía que no le había querido denunciar por no comprometer su futuro”. En sus memorias, dos años después, negó que esto fuera cierto y dijo que la niña era hija de un italiano moreno”. Sea como fuere, lo que queda en el aire es si esta niña debe añadirse en la lista de hijas ilegítimas del emérito.
Pilar Eyre se pregunta cuál fue el motivo de ese cambio de versión. Lo más probable es que le dieran dinero si lo desmentía públicamente, lo que no sería de extrañar teniendo en cuenta el dinerado que habría ganado Bárbara Rey a cambio de su silencio. Unas amantes que habrían supuesto una pérdida importante de dinero en la Casa Real.
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