Europa se muestra callada y ambigua, en contraposición a la solidaridad regional hacia el pueblo palestino.
La situación en Gaza es desgarradora, con un bombardeo implacable de Israel que ha causado miles de muertes y heridas. Mientras el mundo mira impotente, América Latina ha decidido actuar en favor de la paz y la justicia. Bolivia ha roto sus relaciones diplomáticas con Israel como un fuerte acto de repudio a la ofensiva militar. Colombia también ha mostrado su rechazo llamando a consultas a su embajadora en Tel Aviv. Chile se ha unido a esta postura crítica, llamando a consultas a su embajador y condenando las violaciones al Derecho Internacional Humanitario por parte de Israel.
Estas decisiones diplomáticas destacan en contraste con la ambigüedad y debilidad mostrada por Europa ante la guerra en Gaza. La Unión Europea ha hecho llamamientos genéricos al cese del fuego, pero no ha tomado medidas concretas ni ha sancionado a Israel. La región está prisionera de sus contradicciones internas, con algunos países siendo aliados incondicionales de Israel y otros abogando por el reconocimiento del Estado palestino.
La reacción de América Latina refleja la corriente de gobiernos progresistas que han surgido en la región en los últimos años. Estos gobiernos han impulsado reformas sociales, económicas y constitucionales para combatir la pobreza, la desigualdad y el neoliberalismo. Han mostrado solidaridad con Palestina, reconociendo su derecho a existir como Estado soberano y denunciando las agresiones e injusticias que sufre.
Lula da Silva, expresidente de Brasil, ha sido uno de los líderes más críticos con la guerra en Gaza. Ha calificado la ofensiva israelí como un genocidio y ha instado a la comunidad internacional a intervenir y garantizar una paz duradera. Estamos presenciando una guerra en la que la mayoría de las víctimas son niños, y es inaceptable que nadie asuma la responsabilidad.
La postura de América Latina contrasta con el silencio cómplice de Europa y Estados Unidos, que siguen apoyando a Israel a pesar de sus crímenes de guerra. Los países latinoamericanos han alzado su voz en defensa de la justicia y la libertad para Palestina.
Es importante destacar la solidaridad y la valentía demostrada por América Latina en esta situación. La región se ha convertido en un referente de dignidad y compromiso con los derechos humanos. Mientras Europa y Estados Unidos permanecen en silencio, América Latina ha decidido actuar en favor de la paz y la justicia en Gaza. Esperemos que estas acciones diplomáticas traigan consigo un cambio real en la situación y contribuyan a poner fin al sufrimiento del pueblo palestino.