Comida demasiado alimentos ultraprocesados durante el embarazo, como bebidas azucaradas o patatas chips, afecta a las habilidades lingüísticas de los niños, según una investigación liderada por el Instituto de Investigación Sanitaria Pere Virgili, en la que han participado 1.800 madres y sus hijos en edad preescolar.
Para realizar el estudio, en el que han colaborado ‘el Instituto de Salud Global de Barcelona‘ (ISGlobal), centro impulsado por la Fundación La Caixala Universidad Rovira i Virgili y, ‘el Centro de Investigación Biomédica en Red‘, los investigadores han analizado una muestra representativa de la población de España formada por 1.800 madres y sus respectivos hijos.
A los menores se les hizo un seguimiento desde su nacimiento hasta cumplir los 5 años, etapa en la que se desarrollan capacidades lingüísticas como el razonamiento, la agilidad verbal o la memoria numérica.
Según ha explicado el responsable de la investigación, Jordi Júlvez«algunos ejemplos de habilidades lingüísticas son aprender a relacionar conceptos verbales que son similares haciendo completar frases al niño del tipo ‘un gato y un perro son’… También nos referimos a la fluidez verbal, que podría analizarse a través de la capacidad de respuesta del niño al decir, durante 20 segundos, nombres de distintas frutas”.
«En cualquier sociedad hay quien come de forma saludable y hay quien no. Por eso, optamos por hacer un estudio de tipo poblacional, con madres y niños con hábitos alimenticios más o menos saludables, para reflejar esa diversidad. Gracias a esta visión, los resultados y las conclusiones podrán aplicarse a cualquier niño o niña en esa franja de edad”.
La clase social es un aspecto clave
La nutricionista del grupo de investigación de ISGlobal, Júlia Puig, detalló que para evaluar si la ingesta de alimentos ultraprocesados en la dieta de las madres que han formado parte del estudio era elevada hicieron responder a todas las madres un cuestionario de consumo alimenticio.
«Para evaluar si su dieta contenía una elevada carga de alimentos ultraprocesados, las dividimos en tres grupos iguales: uno en el que se incluían a las madres con un nivel de ingesta bajo de ultraprocesados, otro con un nivel medio y otro, alto».
«Pudimos ver que los niños de las madres que formaban parte del nivel más elevado obtenían una puntuación baja en el apartado de habilidades verbales. Es importante saber que el perfil de una madre de este grupo era el de una mujer con estudios primariosde clase social baja y que no sigue de forma habitual una dieta mediterránea. Tener en cuenta estos aspectos nos ofrece una visión más global de esa realidad”.
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