La salud depende de la nutrición de nuestra microbiota, de cómo alimentamos los billones de bacterias, hongos y levaduras que colonizan el intestino desde que nacemos y que tanto protegen de la obesidad y de la depresión cómo disparan la inflamación. Y esto es así porque la flora intestinal regula nuestro sistema inmunitario e influye en la predisposición o no a infecciones víricas y bacterianas.
La clave para disfrutar de una microbiota buena, en el que dominen las bacterias que nos protegen ante la enfermedades una alimentación a base de frutas, verduras, legumbres y fibras, todas llenas de hidratos de carbono que son la comida de estas bacterias buenas. La dieta mediterránea ha demostrado ser una buena aliada de estos ‘bitchets’ protectores que generan ácidos antiinflamatorios como el butirato. Pero con las fiestas de Navidad cometemos excesos que debilitan la flora intestinal. La ingesta de ultraprocesados, la disrupción de los ciclos circadiarios para acudir a las infinitas celebraciones de estos días y la disminución de la actividad deportiva hacen que, una vez terminadas las fiestas, nuestro cuerpo y, más concretamente, nuestra microbiota, sufran las consecuencias.
Por suerte, este castigo en el estómago se puede corregir, celebran los expertos de Nutribiótica, la compañía especializada en microbiotaque nos invitan a seguir estas recomendaciones.
-
Alimentación prebiótica y antiinflamatoria. Lo que comemos incide directamente en la composición de nuestra microbiota. Así, lo ideal es optar por una dieta que priorice los alimentos reales, es decir aquellos más propios de mercados que de supermercados: frutas, verduras y hortalizas de temporada y proximidad, legumbres, pescados y algunos alimentos fermentados.
Una vez terminada la Navidad, ya no tenemos excusa para ingerir alimentos ultraprocesados, hipercalóricos, con azúcares y harinas refinadasresponsables de degradar nuestra diversidad bacteriana e impactar de forma directa en la salud de nuestras bacterias.
-
Reanudar la actividad deportiva. Si durante esta época festiva has dejado de lado tu rutina de actividad física, los expertos aconsejan que se reanude lo antes posible. Caminar entre 10.000 y 15.000 pasos al día y realizar ejercicios de fuerza varias veces por semana podría ser un buen comienzo y una excelente ayuda para recuperar la eubiosis o equilibrio que debe existir entre los billones de bacterias que pueblan nuestro intestino .
-
Descanso adecuado. Durante el período navideño es muy frecuente alterar los ritmos circadiarios, acostándonos y levantándonos en horarios diferentes a los que seguimos durante el resto del año. Lo cierto es que debería dormirse al menos 7 horas, evitar el exceso de uso de pantallas sobre todo por la noche, e intentar fijar unos horarios tanto para acostarse como para despertarse.
-
Controlar el estrés. Aunque la Navidad se identifica como una época feliz, no son pocas las situaciones estresantes que se viven. El eje intestino-cerebro tiene un papel fundamental en nuestro bienestar y, por eso, aprender a gestionar el estrés y las malas situaciones es fundamental para mantener nuestra microbiota. El estrés, en respuesta emocional, cambia la fisiología intestinal y la microbiota y, por otra parte, la microbiota también puede aumentar o reducir el estrés y alterar las emociones.
-
Apoyarse en la microbioterapia. Consistente en el uso de probióticos humanos específicos de IV Generación para repoblar la microbiota y devolverla a un estado saludable de eubiosis. Los probióticos son microorganismos vivos que, administrados en la cantidad adecuada, ejercen un efecto beneficioso para la salud de quien los recibe. Para que un probiótico sea eficaz, debe cumplir algunas características básicas, que validan su eficacia y su seguridad de uso: ser de origen humano, ser de IV Generación y tener una combinación de cepas específicas que variarán partiendo de la patología que se desee tratar, así que siempre deben ser planificados por un profesional de la salud.
.