El presidente Sánchez le otorgó la oportunidad de adentrarse en la política, por lo que el ministro ha tenido una estrecha conexión con él.
El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, seguirá liderando esta cartera en el nuevo gobierno de Pedro Sánchez. Con su continuidad, Marlaska se consolida como uno de los principales apoyos del presidente desde 2018, cuando se unió al Ejecutivo tras la moción de censura a Mariano Rajoy.
Fue el 7 de junio de 2018 cuando Grande-Marlaska asumió el cargo de ministro del Interior, marcando un hito en su carrera al pasar de ser un respetado juez a un influyente político. Su transición a la política comenzó con la propuesta de liderar la lista del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) para la Alcaldía de Madrid en las elecciones de mayo de 2019, propuesta que terminó rechazando. Sin embargo, semanas después aceptó formar parte del primer ejecutivo de Pedro Sánchez.
Con una destacada carrera judicial, Grande-Marlaska ha dejado una marca indeleble en la lucha contra el terrorismo, en particular contra ETA. Su prestigio se consolidó durante sus diez años como juez instructor en la Audiencia Nacional, donde fue propuesto en 2013 por el Partido Popular (PP) para ocupar una vocalía en el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ). A pesar de ser catalogado como conservador por esta propuesta, Grande-Marlaska ha destacado que su perfil va más allá de etiquetas políticas.
El ministro ha mantenido una estrecha relación con el presidente Sánchez, quien le brindó la oportunidad de ingresar a la política. Colaboradores cercanos resaltan el profundo agradecimiento y la lealtad que Grande-Marlaska siente hacia Sánchez, reconociendo que la llamada del líder socialista le ofreció una nueva perspectiva en su carrera.
En sus años de estudiante, las aspiraciones profesionales de Marlaska no estaban inicialmente enfocadas en la política o el derecho. Aunque tenía la intención de estudiar Historia, optó por seguir el consejo de su familia y estudió Derecho Económico en la Universidad de Deusto. Su ingreso a la judicatura se produjo después de aprobar el examen final de la oposición a juez el día del sorteo extraordinario de la Lotería de Navidad de 1987.
En 2003, se trasladó a Madrid, desempeñándose en la Audiencia Nacional, donde presidió la Sala de lo Penal a partir de 2012. Durante este tiempo, investigó numerosos casos relacionados con ETA y se convirtió en un objetivo de la banda terrorista. Su salida del armario en 2006, mientras estaba en la cima de su popularidad, lo convirtió en uno de los primeros jueces en reconocer públicamente su homosexualidad.
En cuanto a su gestión como ministro del Interior, Grande-Marlaska ha enfrentado desafíos y polémicas. Uno de los momentos más delicados fue la tragedia en la valla de Melilla, que puso a prueba su credibilidad. Las imágenes contradictorias y la presión para abrir una comisión de investigación intensificaron la controversia. Su estilo de liderazgo, caracterizado por numerosas destituciones, también ha generado tensiones en la Guardia Civil y la Policía Nacional.
Las polémicas como la destitución de altos cargos y sus comentarios durante la pandemia han sido objeto de críticas. En su nueva etapa, la capacidad de Grande-Marlaska para superar obstáculos y mantenerse firme en sus decisiones será fundamental para su legado como ministro del Interior.