La música provoca sobre los humanos múltiples emocionesno sólo al escucharla, sino también cuando damos alas a la nuestra creativitati nosotros mismos generamos una melodía al tocar uno instrumento. Profesionales de la pedagogía musical ya están aprovechando esta capacidad, para mejorar las metodologías docentes en el aula porque, si los alumnos sienten emociones positivas al tocar, retienen más lo aprendido. También se están aprovechando las emociones positivas que se sienten al tocar un instrumento en el ámbito de la musicoterapia, para tratar la depresión, la ansiedad o otros problemas de salud mental.
Si hasta ahora el potencial positivo de la música en estos campos lo habían constatado pedagogos y terapeutas, ahora cuenta también con el aval científico de un estudio liderado por Rafael Ramírez-Meléndez, investigador del Music Technology Group (MTG) del Departamento de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (DTIC) de la Universidad Pompeu Fabra (UPF). Se trata del primer estudio científico del mundo sobre el estado emocional de los músicos cuando ejercitan su creatividad al improvisar tocando un instrumento, que se ha expuesto recientemente en el artículo The Creative Drummer: En EEG-Based Pilot Study on the Correlates of Emotions and Creative Drum Playing publicado por la revista Brain Sciences.
Según Rafael Ramírez, se ha demostrado que «cómo más libre es el proceso creativo, mayor es el efecto positivo que tiene sobre las emociones de las personas que tocan un instrumento”.
Los resultados del estudio avalan las estrategias de pedagogía musical y de musicoterapia basadas en la improvisación a la hora de tocar un instrumento, y más si estimulan la concentración de las personas que realizan los ejercicios y pueden dar lugar a la innovación metodológica. El estudio es fruto de la colaboración entre el investigador del MTG y el músico profesional y docente, Xavier Reijagraduado en el Berklee College of Music de Boston.
Durante más de seis años, Reija había estado explorando y trabajando el potencial de la música, tanto con sus alumnos en clase como con personas con problemas de salud mental en talleres de musicoterapia, pero tenía la inquietud de encontrar una explicación científica a lo que sucedía en estas sesiones. Esto es lo que le llevó a contactar con el Music Technology Group (MTG) especializado en las relaciones entre música y tecnología, que explora, entre otras cuestiones, como las TIC pueden apoyar la educación musical o pueden tener beneficios para salud o el bienestar.
Hasta ahora la investigación se centraba en el impacto que tiene la música asociada a ciertas emociones en las frecuencias neuronales
Estos contactos propiciaron el desarrollo de un estudio con una muestra de 10 bateríasentre ellos el mismo Xavier Reijaque fue el primero en realizar los tres ejercicios contemplados por la investigación, uno basado en la ejecución de ritmos mecánicos y dos de improvisación.
Xavier Reija, músico profesional, docente y colaborador del estudio, dice que «la enseñanza de música basada en patrones aporta conocimientos a los alumnos, pero es más restrictiva porque le enseñas al alumno lo que está bien y lo que está mal». En cambio, «hay que ir un poco más allá, mejorar el aprendizaje provocando emociones positivas en los alumnos».
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