El Partido Socialista Catalán ve disminuir su influencia en el gobierno del PSOE-Sumar, lo cual implica la necesidad de implementar una política territorial más satisfactoria para los partidos que apoyaron su investidura.
El nombramiento del nuevo gobierno de Pedro Sánchez para la próxima legislatura ha generado sorpresa al ver que el PSC no tiene un papel relevante en el núcleo duro del gobierno. Aunque se espera que el PSC mejore su posición en los segundos niveles, es evidente que su limitación en la política española se debe a sus relaciones desiguales con el PSOE. Los partidos nacionalistas-independentistas evitan que el PSC actúe como interlocutor en nombre del gobierno central, lo cual limita su influencia.
El PSC ha apoyado las aspiraciones del PSOE de aumentar el número de diputados en el Congreso. Sin embargo, han perdido la presidencia del Congreso y se les ha asignado un número de ministros igual al de los socios catalanes de Sumar. Esto demuestra la posición dominante del PSOE en sus relaciones con el PSC y la falta de protagonismo del partido catalán en Madrid.
Jordi Hereu, el nuevo ministro de Industria, no tiene un perfil político, sino de gestor. Aunque su designación puede ser sorprendente, Salvador Illa está comprometido con Pedro Sánchez y apoya la continuidad de un gobierno progresista en España. Illa mantiene una buena relación con Sánchez debido a su gestión durante la pandemia y confía en poder influir en las decisiones del gobierno, independientemente del número de ministerios que tenga el PSC.
La lealtad del PSC hacia el PSOE ha sido históricamente más sólida que la recibida por parte de los líderes socialistas. A pesar de la escasa presencia del PSC en el nuevo gobierno y del veto del independentismo, Pedro Sánchez cumple con los cánones al renovar su confianza en Fernando Grande-Marlaska como responsable de Interior. Mientras que los socios catalanes del PSC critican esta decisión, el partido catalán no lo hará públicamente.
Los Comunes también han expresado su descontento con la permanencia de Marlaska en el gobierno. Sin embargo, esto no ha sido respondido desde la perspectiva del catalanismo político o del desarrollo federalizante del Estado de las Autonomías.
En resumen, el PSC ha perdido peso en el gobierno del PSOE-Sumar y esto puede limitar su influencia en la política territorial. Sin embargo, Salvador Illa sigue comprometido con el proyecto progresista de Pedro Sánchez y confía en poder ejercer su influencia en el gobierno, independientemente del número de ministros que tenga el PSC.