El dirigente del Partido Socialista de Cataluña opina que los neoconvergentes son influenciados por los extremistas de derecha que apoyan la independencia.
El veto de Junts a la ley de amnistía no solo provoca una vuelta a la casilla de salida del proyecto, sino que también afecta a las relaciones de los independentistas con el PSOE. La desconfianza vuelve a tomar protagonismo, a tal punto que desde el Partido Socialista se pide una reflexión tras el rechazo a su propio proyecto. Desde la cúpula de los neoconvergentes, Jordi Turull amenaza con tumbar la legislatura e incumplir los acuerdos de Bruselas si no se satisfacen sus pretensiones de una amnistía integral.
El debate parlamentario sobre la amnistía ha provocado un nuevo terremoto en el tablero político español, según las posiciones independentistas. Junts muestra su fuerza y el Gobierno se planta ante sus exigencias, considerando que se salen de los márgenes constitucionales. La prioridad del Gobierno es consolidar el articulado para blindarlo ante los tribunales, y eso solo se logra a través del texto que surgió de la comisión de Justicia, quedando fuera las enmiendas propuestas por los de Puigdemont.
El PSOE responsabiliza a sus interlocutores del retraso que sufrirá el texto. Desde el Gobierno, se han lanzado advertencias ante las amenazas recibidas. El líder del PSC, Salvador Illa, refuerza su apuesta por la amnistía como el mejor camino para normalizar la relación con Cataluña. Ha llamado a la reflexión a los de Puigdemont y les afea que su rechazo ha fallado a la ciudadanía catalana.
Illa espera y desea que el proyecto de ley se apruebe, considerándolo un gesto de generosidad necesario para pasar página al proceso independentista. El líder de los socialistas catalanes ha reivindicado la firmeza de su partido en las negociaciones con Junts y considera imperativo mantener el mismo criterio.
La ley de amnistía es considerada una normativa sólida, aunque pueda generar sospechas en ciertos sectores. Illa cree que el texto ya era lo suficientemente completo incluso antes de las enmiendas pactadas con Esquerra Republicana de Catalunya. Los socialistas se niegan a incluir las modificaciones de Junts, ya que consideran que debilitan el escudo del articulado.
En paralelo, el secretario general de Junts, Jordi Turull, amenaza al Gobierno con no cumplir el acuerdo de Bruselas si no se aprueba una ley de amnistía integral que se aplique de inmediato. Consideran que la redacción actual retira el blindaje no solo a Puigdemont y Marta Rovira, sino también a personas investigadas por terrorismo en la Audiencia Nacional y en la trama rusa.
Por lo tanto, Turull considera que su partido no puede apoyar el texto desde la resignación. Exigen buscar un redactado que permita una aplicación inmediata y tenga fundamentación jurídica. Quieren que el articulado pase el filtro del Tribunal Constitucional y de la justicia comunitaria.
En resumen, el veto de Junts a la ley de amnistía ha generado tensiones en las relaciones entre los independentistas y el PSOE. Mientras el Gobierno busca consolidar el articulado, Junts amenaza con tumbar la legislatura si no se satisfacen sus exigencias. Los socialistas piden reflexión y confían en que el proyecto de ley salga adelante. La amnistía se presenta como un gesto de generosidad necesario para normalizar la relación con Cataluña, aunque existen discrepancias en cuanto a las enmiendas propuestas. Las negociaciones continúan y se espera que se llegue a un acuerdo que respete los márgenes constitucionales y beneficie a toda la ciudadanía.