«El cerebro de un Pantoja está entrenado para navegar entre desoladoras aguas turbulentas», asegura el presentador
Jorge Javier Vázquez opinó de la boda del año: el de Anabel Pantoja y Omar Sánchez. El presentador lo ha hecho en un post en su blog de la revista ‘Lecturas’, Donde deja claro que «si yo fuera Anabel encontraría tantas razones para casarme como para no hacerlo. Pero al final me acabaría casando porque no hay nada que más rabia me haga que opinen sobre lo que hago o dejo de hacer. Todo tiene un precio, cualquier decisión que tomemos tiene su coste. Su es tomarla con la cabeza fría y aceptar lo que venga después con generosidad «.
El presentador considera que «Anabel Pantoja ha colocado al nivel de semideessa a su abuela, Ana Martín, a la madre de la Pantoja. Cualquier referencia que se hiciera a ella tenía que hacerse con sumo cuidado para que la férrea defensa que el clan ejercía sobre la abuela suponía que por una mínima crítica volvieras a casa con un mordisco en el cuerpo «.
En este sentido, recuerda que Ana Martín ha muerto las 90 años y que «la mala suerte ha querido que Anabel se quede sin su adorada abuela dos días antes de su boda». «Con una celebración que implica vuelos de amigos, meses de dolores de cabeza preparándola, sentimientos encontrados. Ya había suspendido la boda dos veces por culpa de una lesión y una pandemia, que no es poco. Supongo que Anabel habrá dicho : ‘Ahora o nunca’, aunque parece que el universo le envíe señales para que no lo haga. Ha optado por hacerlo ya ratos la vi triste, con la mirada perdida. También muy bonita cuando sonreía «.
Sin embargo, el presentador avisa: «Como mujer tan atormentada como dramática, tras la felicidad de la boda sufrirá la consiguiente resaca emocional y nadie está preparado para que en situaciones como ésta le digan que sólo se mueve por el dinero «. «Entendamos que el cerebro de un Pantoja se rige por una serie de comportamientos que poco tienen que ver con los de la mayoría. Quiero decir que yo me casaría importante me poco el qué dirán pero Anabel es de aquellas que se hace la fuerte de primeras pero luego tiene unas bajadas emocionales escandalosas. Lo único que le puedo desear es que disfrute de la boda para que le vienen unas semanas de auténtico calvario «.
«Pero no se preocupe porque el cerebro de un Pantoja -y más el de Anabel- está entrenado para navegar entre desoladoras aguas turbulentas. Es más, diría yo que, por las razones que sean, Anabel Pantoja está poco dotada para disfrutar de la felicidad. A ella le pone más un quejío que un orgasmo. Haga lo que haga yo le apoyo porque es que me hace mucha gracia y le he cogido cariño «, concluye Jorge Javier.
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