La modelo Ève Gilles se ha convertido en el centro de las críticas por su peinado y su físico poco común en este concurso.
Ève Gilles, la nueva Miss Francia, ha sido víctima de críticas y polémicas debido a su aspecto físico poco convencional. A sus 20 años, esta representante de Nord-Pas-de-Calais ha sido coronada como la más hermosa del país en el certamen de Miss Francia. Sin embargo, su elección ha despertado controversia debido a que su cuerpo es considerado «andrógino» y luce un corte de pelo estilo pixie, que se alejan de los estereotipos de belleza tradicionales.
Las críticas hacia Ève Gilles no se han hecho esperar, y muchos han cuestionado si realmente cumple con los estándares de belleza establecidos para el concurso de Miss Francia. Sin embargo, el mundo político ha salido en defensa de la modelo, mostrando una unidad inusual. Desde el líder comunista Fabien Roussel hasta la líder de extrema derecha Marine Le Pen, todos han expresado su apoyo a Gilles.
Es importante destacar que la propia Ève Gilles ha sido consciente de su diferencia desde el momento de su candidatura. Durante el traspaso de poderes, la modelo afirmó que nadie debería dictar quién es cada mujer y que todas somos únicas. En otras ocasiones, ha dejado claro que eligió este aspecto andrógino y el corte de pelo corto como una forma de romper los estereotipos de belleza impuestos.
Las críticas hacia Ève Gilles también han sido aprovechadas por algunos para cargar contra el llamado «wokismo», un movimiento considerado progresista que promueve la inclusión. En las redes sociales, se ha cuestionado si el concurso de Miss Francia se ha convertido en un certamen de belleza basado en la inclusión en lugar de los estándares tradicionales.
Es importante señalar que la opinión pública ha estado dividida respecto a este tema, y mientras algunas personas han criticado a Gilles, otras han elogiado su valentía y su capacidad para desafiar los estándares de belleza establecidos. Muchas figuras públicas, especialmente en el ámbito político, han mostrado su apoyo a la modelo, destacando la importancia de aceptar la diversidad y empoderar a las mujeres para definirse por sí mismas.
En definitiva, la elección de Ève Gilles como Miss Francia ha generado polémica debido a su aspecto físico poco convencional. Sin embargo, también ha sido un punto de inflexión para reflexionar sobre los estándares de belleza impuestos y promover la inclusión y la diversidad en este tipo de certámenes. La unidad mostrada por el mundo político en defensa de Gilles demuestra que es posible respaldar a las mujeres y celebrar su autenticidad más allá de los estereotipos establecidos.