Letizia Ortiz ha celebrado esta semana el 48 aniversario. Para conmemorar esta fecha, Pilar Eyre centra su columna de ‘Lecturas‘ en ella: en los momentos más complicados después de la boda, la necesidad de dejar de lado su carácter y la relación con Felipe Borbón.
Empieza con una anécdota reveladora que evidencia que sus inicios en la Casa Real no fueron fáciles. La ubica en una recepción oficial, pocos meses después de la boda. Allí, con un aspecto físico demacrado, habría llamado la atención. Con mirada angustiada, le habría cogido del brazo a un amigo y le habría suplicado que le ayudara a huir de todo aquello: “Había tenido tres años de preparación para “todo aquello”. Había estado durante meses en casa de Felipe, en la que recibía lecciones de protocolo”. Añade que la relación con Juan Carlos nunca fue buena. ¿La principal queja del Borbón? Que Leticia “no se calla nunca”. Ella era consciente de que la monarquía perdía la simpatía de la gente: “¿Lo más difícil de todo esto? Callar. Me cuesta mucho”.
Su matrimonio con Felipe parece estable y sólido. Según Pilar Eyre, existe una anécdota que lo demuestra: “Cada vez que viajan piden habitación de matrimonio. Cuando fueron a Lisboa, en el hotel les prepararon habitaciones separadas y en diferentes pisos, ya que era eso lo que pedían siempre Juan Carlos y Sofía. Pero ellos les hicieron rectificar y pidieron la suite nupcial. El nombre de Felipe VI pasará a la historia por haber sido el rey monógamo, ya que ha sido el único capaz de mantener un matrimonio estable en las últimas cinco generaciones de Borbones. Sin amantes, ni escándalos de faldas, ni hijos extramatrimoniales, ni mujeres sacrificadas y sumisas”.

Los reyes Felipe y Letizia, en el aeropuerto / Europa Press
Es destacable que Letizia ejerce mucho poder sobre él: “Son un equipo. Sofía y Juan Carlos no comentaban nada, no sólo porque nunca se veían, sino porque el rey despreciaba la opinión de su mujer. Una mujer que vivía aislada y tenía una visión muy pobre del país. Ahora bien, Letizia y Felipe están juntos las 24 horas diarias. Leen, comentan, hablan, hacen listas…”. Dos matrimonios completamente distintos pero que comparte el futuro negro de la institución.