De esta manera ha manifestado su opinión durante la sesión plenaria del Concejo de la ciudad de Zaragoza.
El concejal de Vox del Ayuntamiento de Zaragoza, David Flores, ha protagonizado una vez más una escena que ha llegado al ámbito nacional. Durante el pleno, Flores ha afirmado que imponer el uso de la bicicleta en la población es una forma de fascismo y totalitarismo.
En sus declaraciones, Flores cuestionó la relación entre el dióxido de carbono (CO2) y el efecto invernadero en relación con el uso de la bicicleta. Señaló que si se considera que el CO2 es un gas de efecto invernadero, todos emiten CO2 al respirar. Además, planteó la duda de si un ciclista emite más CO2 debido al esfuerzo físico. Llegó a la conclusión de que un ciclista es más contaminante que un peatón.
El concejal de Vox también criticó la propuesta de fomentar el uso de la bicicleta en Zaragoza, calificando el uso de la bicicleta como minoritario y residual. Consideró que intentar imponer este tipo de movilidad no es razonable ni democrático, tachándolo de fascismo y totalitarismo.
Además, Flores aprovechó para atacar al Partido Popular, rescatando una declaración de la alcaldesa de Zaragoza, Natalia Chueca, quien había sugerido la habilitación de más carriles bici y menos espacio para vehículos contaminantes.
El negacionismo climático de Vox ha sido evidente en varias ocasiones, mostrando su oposición a la Agenda 2030 y a medidas como Madrid Central. Vox se opone a las iniciativas para frenar los efectos del calentamiento global, tanto a nivel municipal como autonómico y nacional.
En el pasado, otros miembros de Vox han expresado posturas similares, como el vicepresidente de la Junta de Castilla y León, Juan García-Gallardo, quien afirmó que el CO2 no es contaminante. También han defendido el argumento del «fanatismo climático» para criticar las medidas del Gobierno.
Es importante destacar que el concejal de Vox ha generado controversia con sus declaraciones y ha sido ampliamente criticado por considerar que el uso de la bicicleta es una forma de fascismo y totalitarismo. Además, su postura negacionista frente al cambio climático contrasta con la preocupación global por reducir las emisiones de gases contaminantes y frenar el calentamiento global.
En resumen, el concejal de Vox en el Ayuntamiento de Zaragoza ha generado polémica al calificar el fomento del uso de la bicicleta como una imposición fascista y totalitaria. Sus argumentos sobre la emisión de CO2 por parte de los ciclistas y su negacionismo frente al cambio climático han sido ampliamente criticados.