La mujer de Felipe VI tendría por costumbre beber a Vichy Catalan todos los días
Leticia y Felipe viajan muy por todas partes para poder participar en actos oficiales que siempre mueven a muchos profesionales del sector. Hace unos meses, por ejemplo, acudieron a Barcelona en un evento que puso en alerta a todo el equipo de protocolo. Se han dicho muchas cosas sobre la dieta y las manías culinarias de la monarca española, por lo que quienes debían organizar qué comerían y beberían los reyes durante su estancia estaban muy preocupados. Pilar Eyre explica en un vídeo que, como es habitual en estos casos, parece que se pusieron en contacto con el equipo de la Zarzuela para preguntar qué necesitaban de especial.
La sorpresa fue la respuesta oficial, que Letícia tiene obsesión por una bebida catalana: “No bebe té Kombutxa, no. Letícia tiene una bebida preferida que toma para comer, cenar, aperitivo y cuando sale como copa: el Vichy Catalan con una rodaja de limón“, desvela en unas declaraciones que sorprenden. Nunca se le ha visto con esta bebida la mano, así que parece mantener ese pequeño capricho en secreto. Si realmente es cierto que toma tantísimo, tendrán la despensa del palacio lleno de cajas y cajas de botellas de la marca gerundense.
Felipe VI, por su parte, también tendría una preferencia clara. En su caso, tendría predilección por el zumo de tomate: “Sabe que no podrán estar comiendo mientras dura el acto, así que opta por esta bebida porque le ayuda a tener algo de alimento en la barriga”.
El equipo de protocolo de la Casa Real revela algunas manías de Felipe y Letizia durante los actos oficiales
Por otra parte, el equipo de Protocolo dejó claro que antes de que empezara el evento; ambos deben ir al baño: “Tienen que disponer de un aseo para ellos dos solos. Justo antes de que llegue la gente, deben ir”.
Después de ese acto, miembros del equipo habrían aplaudido la actitud y el agradecimiento que habría tenido Felipe VI hacia su trabajo. ¿Y Leticia? Ninguno habría querido mojarse sobre cómo la vieron en ese acto, según la cronista barcelonesa, lo que podría significar que realmente no tenían cosas buenas que decir y preferían mantenerse en silencio por si las críticas tenían consecuencias .