Rubén Manso, quien ha sido anteriormente diputado por Vox, está siendo considerado como candidato para futuros proyectos.
La derecha radical se enfrenta a una situación complicada. A medida que la popularidad de Vox desciende a nivel nacional y se desatan guerras internas dentro del propio partido, han surgido rumores sobre la posible creación de una nueva formación política afín a Vox. La salida de Iván Espinosa de los Monteros del partido meses atrás ha generado una bola de nieve que no deja de crecer, especialmente a raíz de los recientes acontecimientos y de las afirmaciones de algunas personas cercanas al círculo mediático de la ultraderecha, quienes aseguran que el ex diputado nacional de Vox ha estado buscando financiamiento para un nuevo proyecto político en construcción, especialmente entre algunos empresarios afines a la ultraderecha. Dentro de las posibles incorporaciones a este proyecto suena fuertemente el nombre de Rubén Manso Olivar, ex diputado de Vox en el Congreso de los Diputados, quien actualmente se dedica al sector de la consultoría. Sin embargo, la imagen de corte liberal que se atribuye a Manso se ve cuestionada al conocerse su participación activa en agrupaciones y publicaciones de carácter carlista en el pasado.
Rubén Silvano Manso Olivar, quien fuera diputado de Vox por la provincia de Málaga en la XIV Legislatura, abandonó el partido en la segunda mitad de 2023 y ahora se encuentra en el campo de la consultoría. Aunque se rumorea su regreso a la política debido a la posible creación de esta nueva formación política, supuestamente debido a su enfoque neoliberal en términos económicos, sus imágenes y artículos en plena sintonía con el carlismo han generado burlas y escepticismo por parte de los miembros de Vox, quienes no creen en su supuesto liberalismo.
En relación a sus artículos, destaca su participación en el número 108 de la Revista Ahora Información, publicada el 14 de marzo de 2011 por la Comunión Tradicionalista Carlista. En esta publicación, Manso escribió dos textos titulados «Políticas incompatibles» y «La desamortización de las cajas». Esos escritos le valieron para compartir espacio con el ex dirigente de Vox y propietario del grupo Intereconomía, Julio Ariza.
En cuanto a la guerra interna de Vox, cinco diputados del grupo parlamentario de la extrema derecha expulsaron a la presidenta del partido en Baleares, Patricia de las Heras, y al presidente del Parlament, Gabriel Le Senne, generando un conflicto con la dirección nacional del partido. A su vez, la dirección nacional destituyó a esos cinco diputados y solicitó su «expulsión cautelar inmediata», acusándolos de actuar por ambición personal. Esta ruptura interna presenta un dilema para el PP de Marga Prohens, quien debe decidir si apoyarse en los tránsfugas y enfrentar el enojo de la dirección nacional de Vox, poniendo en riesgo la gobernabilidad de Ayuntamientos y Consells, o si mantener a los dos diputados destituidos, garantizando la estabilidad en las instituciones locales pero perdiendo el poder de dirigir la Asamblea autonómica.
En este contexto, la directiva nacional de Vox ha asegurado que mantendrá el apoyo al gobierno popular de Prohens, pero solo reconoce a los dos diputados expulsados unilateralmente del partido, generando una situación contradictoria en la que hay cinco diputados que continúan representando al partido pero que no son reconocidos por la dirección nacional.
El hecho de que Vox haya comenzado la legislatura en Baleares con ocho diputados y que hayan perdido a Xisco Cardona por discrepancias con el grupo parlamentario, sumado a la reciente ruptura interna, evidencia la existencia de múltiples divisiones dentro del partido. Además, la elección de Santiago Abascal como presidente del partido hasta 2028 sin la celebración de primarias ha generado malestar en ciertos sectores de la formación. Con tantas fracturas y nombres sobre la mesa, ya sean carlistas o no, Vox se enfrenta a una situación complicada.
