En 2004, la principal meta de la derecha en el gobierno era preservar la reputación de José María Aznar, mientras que en 2023 su objetivo es desprestigiar por completo a Pedro Sánchez.
La nueva legislatura que ha comenzado se asemeja cada vez más a la de 2004, cuando el Partido Popular y sus medios afines pasaron cuatro años intentando convencer a la ciudadanía de la ilegitimidad del Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero. Según ellos, la victoria electoral de Zapatero se debió a la manipulación de los españoles al acusar falsamente al Gobierno de Aznar de mentir sobre la autoría de los atentados del 11-M. Aunque se demostró rápidamente que fue el gobierno de Aznar quien atribuyó falsamente el atentado a ETA para no perder las elecciones, la derecha continuó con su discurso hasta las elecciones de 2008, cuando el Partido Socialista ganó nuevamente y superó al PP en un millón de votos.
Sin embargo, hay diferencias importantes entre estas dos legislaturas. En 2023, la derecha cuenta con argumentos mucho más sólidos, como la ley de amnistía negada por el socialismo antes de las elecciones y los pactos con un expresidente catalán prófugo de la justicia supervisados por un verificador extranjero. Estos argumentos son lo suficientemente convincentes como para persuadir no solo a los votantes conservadores, sino también a una parte significativa de los progresistas.
Además, en esta ocasión, la derecha cuenta con una «caballería judicial» que puede atacar al Gobierno desde los flancos, utilizando estrategias legales para debilitarlo. El ruido fuerte que se está armando contra el Gobierno desde las instituciones políticas, los medios de comunicación y las corporaciones judiciales está provocando cansancio y desaliento entre los simpatizantes del Gobierno.
Esta táctica de desmoralizar al enemigo no es nueva, ya que el Partido Popular la ha utilizado en ocasiones anteriores, especialmente durante la legislatura 2004-2008. En esa época, Gabriel Elorriaga, Secretario de Comunicación del PP, admitió en una entrevista que su estrategia consistía en desalentar a los votantes socialistas sembrando dudas sobre la economía, la inmigración y las cuestiones nacionalistas.
La llegada de la nueva legislatura trae consigo un elenco de portavoces del PP que prometen una dura oposición al Gobierno. Miguel Tellado, Rafael Hernando y Cayetana Álvarez de Toledo se encargarán de liderar esta oposición, y solo de imaginar su actuación, uno puede sentir anticipadamente el agotamiento.
En conclusión, la derecha está utilizando estrategias similares a las de la legislatura de 2004 para desacreditar al Gobierno de Pedro Sánchez. Sin embargo, en esta ocasión cuentan con argumentos más sólidos y una caballería judicial que puede debilitar al Gobierno desde los flancos. El ruido constante contra el Gobierno provoca cansancio y desaliento entre los simpatizantes. No podemos predecir cómo se desarrollará esta legislatura, pero sin duda será una batalla política intensa.