Cuando nos planteamos perder peso y empezar una dieta, las dos primeras preguntas que surgen son: ¿qué debo comer y qué no debo comer? Para muchos, impera el falso mito de que hay que pasar muchas horas en la cinta de correr o en la bicicleta estática y vivir sólo de cenas y comidas basadas en lechuga, tomate y poco más. Pero en realidad, adelgazar no es ni mucho menos sinónimo de pasar hambre y no poder gozar de los alimentos que nos gustan. Al principio puede resultar una tarea difícil, pero después descubrirás que si lo sabes hacer bien, tu dieta puede basarse en alimentos sabrosos y diferentes que, por encima de todo, son saludables. Lo primero que debes tener muy claro es que debeseliminar la bollería industrial y los alimentos procesados.
Dicho esto, un factor muy importante, que muchos pasan por altoes a qué hora debemos cenar. Los expertos en nutrición recomiendan hacer la última comida del día entre las 19 hy las 20 h, así nuestra digestión se iniciará antes y podremos acostarse sin esa sensación de pesadez en el estómago. Y, además, durmiendo no se queman las calorías de la cena, sino que se acumulan.
Es recomendable que dejes un tiempo prudencial para hacer la digestión antes de ponerte a dormir, una hora y media o dos horas. La noche es para descansar y la digestión es un proceso que gasta energía y esfuerzo. Por eso, acostarse después de comer puede perjudicar nuestro descanso.
¿Cómo debe ser la cena?
Adelgazar sólo se consigue (o al menos sólo de forma segura) si a lo largo de la jornada consumes menos calorías de las que ingieres. Y es que no hay otra forma. Tienes que gastar moviendo más calorías de las que aportas al cuerpo con el almuerzo, la cena o el desayuno. Pero especialmente preocupante es lo que comes a última hora del día.