La edad media de la primera relación sexual con penetración es de 13,8 años en Cataluña, según los resultados de un estudio realizado por la Asociación de Enfermería Familiar y Comunitaria de Cataluña (Aificc), que ha evaluado la salud y las competencias sexuales de casi 250 alumnos de cuarto de ESO de varios institutos de Terrassa (el Vallès Occidental). La media de edad de los encuestados fue de 15 años, un 51% eran chicas, un 47% chicos y un 2% de sexo no binario.
En aquellos adolescentes que ya habían mantenido relaciones sexuales con penetración, un 62 por ciento había utilizado métodos anticonceptivos. Por otro lado, un 25% había utilizado la píldora de emergencia, con una media de uso de dos veces. El estudio también examina la educación sexual que reciben los menores.
El 35% no habla con los padres de sexo
El estudio también examina la educación sexual que reciben los menores. De todos los encuestados, un 35% de los adolescentes asegura no tener confianza con nadie de su familia para hablar de sexualidad y sólo un 9% recibió formación sexual durante la educación primaria, y precisamente éstos utilizaron métodos anticonceptivos durante su primera relación sexual.
Un 83% de estos adolescentes se consideraban «muy formados» en temas de sexualidad. De hecho, la edad media a la que recibieron la primera formación en educación sexual fue en torno a los 12 años.
Un 80,4% consideró que la formación les había ayudado a resolver las dudas y un 34,3% expresó que quería recibir más información sobre todo de infecciones de transmisión sexual (ITS) y de métodos anticonceptivos. Sus principales fuentes de información eran amigos (35%), Internet (19%) y padres (19%).
Un 9% de los adolescentes tuvieron su primera relación sexual por la influencia de alguien externo a ellos y un 16% se dejaría convencer por no utilizar el preservativo.
Falta de información
Según Sara Pou, de AIFiCC, los resultados muestran que los adolescentes presentan «puntos débiles» en sus competencias y salud sexuales. La mayoría tienen carencias de conocimientos relacionadas con «conceptos básicos de sexualidad, métodos anticonceptivos e infecciones de transmisión sexual».
Además, ciertos factores psicológicos, como la baja autoestima y la carencia de confianza familiar, influyen en las conductas sexuales «de riesgo». Pou también señaló que los jóvenes inician las relaciones sexuales cada vez «más precozmente». Por todo ello, afirma que la educación sexual debe estar basada en «las actitudes y necesidades» de los adolescentes, para que puedan decidir de forma responsable: «Es imprescindible el inicio de la educación sexual a edades más tempranas».
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